«Me encanta la película, pero qué final. Tengo una gran sensación de angustia. No entiendo por qué no acaban juntos si se quieren», le dije a mi madre. Entonces, ella me miró y me contestó: «decidieron apostar por cumplir sus sueños y era complicado que lo lograsen juntos». ‘La La Land’ cuenta la historia del romance entre una chica que quiere ser actriz y un amante empedernido del jazz que sueña con abrir su propio club. Escenifica el romanticismo de los primeros meses de una relación, pero también el conflicto y la tensión que se genera cuando los sueños románticos y profesionales de los protagonistas resultan incompatibles. La expectativa es que alguno de los dos personajes renuncie a sus sueños a modo de sacrificio para que puedan estar juntos, pero no es así.

Abandonando el mito del amor romántico, va más allá y muestra que en una relación con amar no es suficiente, también hay que querer. Creo que, a veces, para avanzar en la vida es necesario frenar y dejar a un lado lo que nos detiene, aunque signifique mucho para nosotros. Hay cosas que surgen en un determinado momento para demostrarnos que junto a una rama quebrada es imposible anidar. Al final de todo camino, otro comienza. Ana Sendino Solana, psicóloga sanitaria y psicoterapeuta, y Patricia Flor Arasil, psicóloga jurídica especializada en mediación e intervención familiar y de pareja, reflexionan sobre el peso del individualismo en las relaciones y ambas coinciden en que el amor real no se resume con un «felices para siempre».

DEL ENAMORAMIENTO AL AMOR

Querer es un verbo que se conjuga demostrándolo. Si no, esas seis simples letras unidas pierden significado. «Creo que la diferencia está en las connotaciones que cada persona le dé», indica Ana Sendino Solana. «Querer se conjuga demostrándolo, porque sino se queda vacío», piensa la psicóloga sanitaria y psicoterapeuta, argumentando que «las personas necesitamos el contacto, hechos y miradas, que nos hagan sentir queridos».

La química es algo natural. «El amor es fácil y fluye», expone Patricia Flor. Solo con esta afirmación se unen bastantes discrepancias entre el ‘te quiero’ y el ‘te amo’. «Querer en sí indica una posesión, una necesidad; y para mí esto es contrario al amor que hoy en día está tan de moda: el amor sano», explica la psicóloga jurídica. Y añade: «Hay acciones y conductas que demuestran que prefieres y cuidas a una persona, pero tengamos por seguro que el luchar por amor es contrario al amor en sí».

«Creo que las relaciones durante años se han entendido mal», afirma Ana Sendino Solana, psicóloga sanitaria y psicoterapeuta. «Por miedo al divorcio, a estar solo o al que dirán durante años ha condicionado las parejas, viviendo en soledades compartidas», añade y continúa, «pero realmente el amor sólo podría crecer partiendo de la libertad de cada una de las personas y sintiéndose ambas plenas. No es fácil, pero si una relación funciona de verdad, es porque ambas cosas están en la ecuación».

«Las relaciones durante años se han entendido mal»


Ana Sendino Solana, psicóloga sanitaria y psicoterapeuta.

Con el tiempo, aprendes que la vida se valora más cuanto más te valoras a ti mismo. Nadie es más haciendo menos a nadie. Cuando asumes algo tan aparentemente sencillo, empiezas a ahorrarte disgustos y malos ratos. Hay aptitudes que hay que valorar en una relación.  Según Patricia Flor, «cuanto más emocionalmente inteligente sea nuestra relación, mejor funcionará la misma en el sentido de comprender las necesidades de la otra persona, de comunicarnos de manera respetuosa y comprensiva; y, por supuesto, comprendernos para gestionar mejor el conflicto», y continúa, «afortunadamente, la inteligencia emocional se puede entrenar».

A lo largo de la vida vamos aprendiendo y desarrollando nuestra personalidad. De este modo si surge una relación temprana en la adolescencia puede que al llegar a la edad adulta los sentimientos cambien. Ante esto, Ana Sendino Solana aclara que la forma de enfrentarlo es tan personal y único de la pareja que no se puede tener una fórmula concreta. «A veces, los caminos son muy parecidos, las personas no cambian tanto o si lo hacen crecen en el camino con la otra persona. Los intereses de vida siguen siendo comunes y funciona», indica la psicóloga sanitaria y psicoterapeuta.

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Ana Sendino Solana, psicóloga sanitaria y psicoterapeuta.

En este punto, Patricia Flor sostiene que hay que hablar de dos cosas distintas. «Por un lado, la personalidad, que ya de por sí suele ser estable desde estadios iniciales de la propia persona; por otro lado, la autoestima», argumenta. «Creo que más que la personalidad, para poder expresar, levantarse, aprender y crecer hay que tener en cuenta y cuidar mucho nuestra autoestima. A mejor autoestima, más seguridad, mayor autoconocimiento y percepción de nosotros mismos, e incluso pudiendo llegar a ser más optimistas», añade la psicóloga jurídica.

AMAR ES INESTABLE

‘Juntos, pero no atados’, de Maria Mercè Conangla y Jaume Soler (Amat) es un libro, que describe los principios sobre los que se asientan las “parejas sanas”. Es decir, personas que se comprometen a tener una relación en la que compartir momentos y seguir creciendo en la relación, así como evolucionar juntos de forma libre y respetuosa.

Hay personas que crecen en pareja y otras que salen corriendo por la puerta de atrás, antes de que la crisis se asome por sus vidas. Según Ana Sendino Solana, en general, lo que más se debería valorar en una relación es «que cada persona pudiera ser ella misma sin miedos ni coacciones». Concretamente, «libertad, autenticidad y verdad», señala la psicóloga sanitaria y psicoterapeuta, lo que hace que sea imprescindible dos elementos: «comunicación y generosidad».

Sin embargo, no hay nada más humano que engañarse a uno mismo para no afrontar una verdad que no gusta. El pasado, según la dosis, es antídoto o veneno. Todos tenemos un lado oscuro y alguna que otra cosa clara. «Muchas relaciones se mantienen por confort», opina Ana Sendino Solana, quien no duda que esa actitud «es autoengaño y desconexión emocional». En otras palabras, «es vivir en automático sin ser consciente de cómo te sientes, si hay cosas que comienzan a molestarte, a rechinarte, a no vibrar contigo», añade la psicóloga sanitaria y psicoterapeuta.

«Muchas relaciones se mantienen por confort»


Ana Sendino Solana, psicóloga sanitaria y psicoterapeuta.

En general, socialmente, hay un concepto equivocado de la palabra estabilidad cuando lo aplicamos a las relaciones. En el amor nunca estamos en el mismo lugar. Estar en pareja es una de las cosas más inestables que pueda existir, porque para compartir tu vida con alguien no solo hay que cumplir con un propósito amoroso, sino también un proyecto de intereses individuales con los que sentirse realizado. Y el desarrollo individual requiere de una gran disposición para el cambio y debe ser mutuo. «Los sentimientos cambian, porque la persona también cambia», expone Ana Sendino Solana. «En la adolescencia temprana se está en plena construcción de la identidad», ejemplifica la psicóloga sanitaria y psicoterapeuta. «Hay mucho que caminar y es posible que los caminos se separen», asegura Sendino.

Las mismas vacaciones cada año, cenar en la calle el mismo día de la semana en el mismo restaurante… ¿Podría haber algo más aburrido? Rutina y monotonía a la orden del día. Un ejemplo claro de que una relación debe ser inestable para que la acción surta de nuevas experiencias, que compartir, aunque no todas sean buenas. Según Patricia Flor, «en este momento, es donde te preguntas qué es lo que os une: intereses, preferencias, prioridades, sueños y metas en común, lo que admiras de tu pareja, lo que más te gusta, lo que menos te gusta, pero aun así lo aceptas, el tiempo que pasas con ella a solas». Y, en todo esto, lo más importante son las metas comunes indica Patricia Flor, quien opina que lo ideal es «verse como un equipo unido y divertirse mucho juntos». «No creo que tengan los mismos sentimientos, pero sí tengo claro que las sorpresas son clave para conseguir lo anterior: una relación sin magia, sin sorpresa, sin incertidumbre y sin curiosidad se apaga», añade la psicóloga jurídica.

«Una relación sin magia, sin sorpresa, sin incertidumbre y sin curiosidad se apaga»


Patricia Flor, psicóloga jurídica especializada en mediación e intervención familiar y de pareja.

«Aquí entramos en la dependencia emocional», indica Patricia Flor. Si hiciésemos una resonancia del cerebro en fase de enamoramiento y piensas en tu pareja, se encontrarían activadas las mismas estructuras cerebrales que cuando tienes el mono. «Es en esta fase donde «más cuidado» hemos de tener, para formar un vínculo «bueno»», señala la psicóloga jurídica. «Consideraríamos que existe un enganche emocional, pero este enganche emocional se establece desde fases iniciales de una relación, donde el tipo de apego o el tipo de vínculo que se tiene con la pareja no es del todo sano o «saludable»», explica Patricia Flor.

QUERER CON AMOR

Un día te levantas y eres un oso de peluche al que achuchar, pero otros días no hay quien te abrace. Hay etapas en las que estudias, otras en las que trabajas y esa independencia económica te condiciona. Estamos en constante cambio. Las circunstancias y el tiempo son dos elementos que condicionan la vida, más incluso que el amor. Esa estabilidad que muchos anhelan y que coloca en lo estático, hace que el desarrollo personal no sea posible, por lo que estanca y no es soportable para siempre. Lo cómodo desconecta del otro por el solo hecho de pretender que, desde la estabilidad, ese otro estará siempre del mismo modo y seguirá siendo la misma persona, sin evolucionar.

Quiérete mucho, porque te vas a necesitar más de lo que crees. Es una de las frases que deberíamos decir cada mañana cuando nos levantamos de la cama. Todo está conectado. La vida no se detiene por nada ni por nadie. Cada cosa que pasa ocurre por alguna razón. «Imagina que somos agua y fluye libremente», expone Patricia Flor y añade «en el momento en que se topa contra una pared se puede quedar estancada y ‘pudrirse’ o, filtrarse y encontrar otro camino por el que poder seguir fluyendo».

Patricia Flor Arasil, psicóloga jurídica especializada en mediación e intervención familiar y de pareja.

Los sentimientos no entienden de razón ni control, sino de impulsos. «Debemos detectar y gestionar, para empezar autoconocernos y poder ponernos límites», aconseja Patricia Flor. «El autocontrol y, en concreto, el control de impulsos debería de ser enseñanza primaria obligatoria, así como aprender a comunicar de forma asertiva», opina la psicóloga jurídica. Es decir, expresar siempre, pero con cabeza, ya que «no es lo mismo reaccionar impulsivamente, que no deja de ser una reacción muchas veces agresiva, que reaccionar ante mi autoconocimiento e indicar que te sientes enfadada y prefieres tomarte un descanso para retomar la conversación más tarde, pues sino dirás cosas de las que te puedas arrepentir», desarrolla Patricia Flor.

«El control de impulsos debería de ser enseñanza primaria obligatoria, así como aprender a comunicar de forma asertiva»


Patricia Flor, psicóloga jurídica especializada en mediación e intervención familiar y de pareja.

Cuando la fase de enamoramiento acaba, la realidad se presenta. La fantasía de que el otro es perfecto cede y empiezas a ver sus limitaciones. Según Patricia Flor, «afortunadamente nunca llegas a conocer a una persona. Las personas cambiamos, estamos en continuo cambio, gracias a nuestras experiencias que ocurren día a día». «Y esto es una de las cosas más mágicas que puede haber en una relación: la curiosidad de seguir conociendo a tu pareja», concluye.

SILENCIOS POR LOS RELLANOS

‘Kramer contra Kramer’ es una película que narra la ruptura sentimental de dos personas y escenifica cómo el proceso de separación puede ser un detonante para reencontrarse con uno mismo, con las cosas verdaderamente importantes de la vida.

El amor en cinco segundos puede llegar a su recta final. “Lo que no se habla, no se escucha o no se atiende, aparece aun con más fuerza”, comenta Ana Sendino Solana, psicóloga sanitaria y psicoterapeuta. Decir lo que uno piensa es importante, aunque pensar cómo y cuándo se dice cambia mucho el resultado de una conversación. «Creo que uno ha de ser asertivo», opina Ana Sendino Solana y matiza, «eso implica expresar cómo se siente sin juzgar al otro». No es nada fácil, pero es vital. «Hay personas que lo dicen todo sin filtro y hacen mucho daño, sólo hablan por descargarse ellos mismos, no hay intento de comunicación», ejemplifica la psicóloga sanitaria y psicoterapeuta, aunque añade. «También encontramos el lado contrario: no hablar por miedo a hacer daño. También es un problema, porque para todos es necesario sentirnos escuchados», añade.

Dicen que quien calla, otorga. Yo creo que también hay silencios que niegan. El silencio puede ser enemigo o aliado, a veces, compañero y otras, cómplice. «La comunicación es el único camino y ésta se expresa de forma verbal o no verbal», aclara Ana Sendino Solana. «Los silencios, a veces, hablan más que las palabras», asegura la psicóloga sanitaria y psicoterapeuta.

De hecho, hay decisiones enormes que son motivadas por los detalles más pequeños y están cargadas de silencios. «El silencio es peligroso», sostiene Patricia Flor. «En ocasiones nos permite pensar por lo que denota duda. Pero, por otro lado, si ese silencio no es resuelto nos está indicando la evitación y evitar no va a ser bueno ni adaptativo», continúa.

RELACION: TÚ, YO Y NOSOTROS

Se enamoraron, se amaron y finalizaron la relación. Este puede ser el guión de muchas historias de pareja. A menudo, la causa para que una relación se rompa es que el amor ya no es suficiente. «Las personas somos cada vez más autónomas, afortunadamente», afirma Patricia Flor Arasil, psicóloga jurídica especializada en mediación e intervención familiar y de pareja. La libertad y la persistencia de logros individuales puede parecer que haga más complejo el éxito de las relaciones. Ante esto, Patricia Flor más bien aclara que «sus series temporales, o sus líneas de la vida se unen de forma temporal en momentos concretos y necesarios para cada una de ellas, pues en toda relación se aprende algo y te aporta algo. Una vez unidas las líneas de la vida, el resto es ir adaptándonos a nuestra pareja y viceversa. En el momento en el que no nos adaptamos ahí es donde peligra la supervivencia de nuestra relación. Por lo tanto, no creo que sea la persistencia o la libertad lo que impide la supervivencia de la relación, sino más bien las prioridades que elegimos en cada momento».

Se puede intentar vivir en un constante sentimiento de felicidad, «normalizando y aceptando», aclara Patricia Flor Arasil, psicóloga jurídica.  Sin embargo, es mejor sentir que evitar las emociones. «Toda emoción nos está alertando y poniendo en antecedentes de algo que ha ocurrido, que esté ocurriendo o que va a ocurrir. Nuestro querido cerebro va más rápido que nosotros mismos», explica la psicóloga jurídica.

Ante esto, Ana Sendino Solana opina que «evitar algo no hace más que mantenernos dando vueltas en círculos». En este sentido, no se puede huir de las emociones opina la psicóloga sanitaria y psicoterapeuta, quien piensa que «somos humanos y sentimos constantemente, otra cosa es que hayamos aprendido a bloquear ciertas emociones, a evitarlas o a no pensarlas, pero la emoción siempre sale por algún lado: un dolor de espalda, una afonía o un problema intestinal».

El ego es de máxima actualidad. «Tanto los que tienen mucho ego como los que carecen de él, llegan a tener muchos problemas», explica Ana Sendino Solana. «El ego en sí no es malo, lo que pasa que la palabra tiene connotaciones negativas», aclara la psicóloga sanitaria y psicoterapeuta. «Pero todos hemos de tener algo de ego, de estima que nos sostenga. Un ego engrandecido no es más que una inseguridad muy grande disfrazada», desarrolla Sendina.

«El amor nos ilusiona y motiva, el miedo nos bloquea y deberíamos tener como tarea trabajarnos esos miedos»


Patricia Flor, psicóloga jurídica especializada en mediación e intervención familiar y de pareja.

«El amor nos ilusiona y motiva, el miedo nos bloquea y deberíamos tener como tarea trabajarnos esos miedos», explica Patricia Flor, y añade «el egoísmo es un lastre siempre, la ternura y la pasión no deberían de faltar».  «Tendríamos que, en una relación, tener varias capas: la de pareja, la de amante, la de progenitores de nuestros hijos, la de mejores amigos o la de aliados», explica la psicóloga jurídica.

La vida te enseña que cuando tienes que preguntarte por qué estás, ya has empezado a marcharte. «Nos aferramos a algo y no nos damos cuenta que seguir por ahí nada más que va a hacernos daño», comenta Ana Sendino Solana. Pese a ello, hay cosas que surgen en un determinado momento para demostrarnos que junto a una rama quebrada es imposible anidar. «Si algo nos frena es el momento para reflexionar y darse cuenta de porqué estamos perdiendo tanta energía en un camino que no nos ofrece nada a cambio», opina la psicóloga sanitaria y psicoterapeuta 

Nos empeñamos en olvidar cuando lo que hace falta es superar. Charles Chaplin dijo: «El tiempo es el mejor autor, siempre encuentra el final perfecto». Ante esto, Ana Sendino Solana matiza que «el tiempo nos aporta perspectiva, separación emocional de los hechos, pero si uno cree que, porque pase el tiempo, va a sanar, está muy equivocado». «Las heridas se cierran cuando se pueden asumir, hablar del dolor, aceptarlo y hacer un camino progresivo de cura para el cual muchas veces se necesita ayuda», advierte la psicóloga sanitaria y psicoterapeuta.

«El tiempo nos aporta perspectiva, separación emocional de los hechos, pero si uno cree que, porque pase el tiempo, va a sanar, está muy equivocado»


Ana Sendino Solana, psicóloga sanitaria y psicoterapeuta.

Cada día, se lleva un poco de lo que fuiste y, a cambio, va trayendo algo de lo que serás. Por eso, hay que «tener la capacidad de crecer por separados y en pareja», concluye Ana Sendino Solana, psicóloga sanitaria y psicoterapeuta. «Hay que dejar que las emociones actúen y como bien dice otra buena frase: no todo depende de que el tiempo pase, sino de lo que hagamos con ese tiempo», apostilla Patricia Flor Arasil, psicóloga jurídica especializada en mediación e intervención familiar y de pareja.