Las cartas sobre la mesa: las relaciones son muy pero que muy complicadas. El mundo está lleno de parejas que se rompen, porque un buen día dejan de encontrar notas debajo de la almohada. No sé. Tal vez el amor sea que, aun llevando años, se sigan buscando excusas para desnudarse. No por el calor ni por estar incómodos con la ropa, sino porque hay ganas. La confianza para hablarlo todo sin tabús y la sensación de que todo puede ser importante, puede que dé algo de miedo. Pero, más miedo da el silencio, porque detrás de él no hay respuestas agradables.
No todo el mundo se levanta igual cada mañana. Conocer cada una de las caras de una persona es importante y no todas tienen que gustarte, pero no pretendas cambiarlo, sino gestionarlo. Antes de comer perdices hay que saber cocinarlas. «El amor perfecto no existe», afirma Irene Torti, graduada en Psicología y especializada en el área forense y penitenciaria, argumentando que «la mejor manera de tener una relación lo más satisfactoria posible es complementándose con la otra persona, encajando sus defectos con tus virtudes, encontrando un equilibrio».
Lo que está claro es que todo tiene límites, incluso el amor. Pero no está restringido en las diferentes formas de amar. «Los límites de cada relación los ponen las personas que forman parte de ella, ya que nadie mejor que ellos mismos saben hasta dónde pueden llegar, y qué límites no deben sobrepasar para dañar al otro», opina Irene Torti, quien no duda que, «para que una relación sea sana, siempre debe primar el respeto, la confianza, la empatía y, por supuesto, el amor».
Más que parejas, formas de amar
Siempre se ha dicho que cada relación es un mundo. Sin embargo, seguimos condicionados por una idea del amor moldeado: disfrutado en convivencia permanente, monógamo, sexualmente activo y destinado a procrear.
Hay que admitir que no hay un modelo universal. Cada vez más relaciones rechazan ser etiquetada para vivir alternativas que le son más gratificantes. Estos alérgicos a los tópicos asumen que existe un abanico de opciones.
- Follamigos. Aunque este sea el más popular, ‘amigovios’ es el término aceptado por nuestra amiga RAE. En estas relaciones, la amistad y el sexo pueden ser una magnífica combinación.
Estos amigos con derecho a roce, no esperan compromiso, ni que planifiques con ellos las vacaciones. Y esa es la gran diferencia: no hay ataduras ni obligaciones. Es respetable siempre que no afecte a ninguna de las personas que establezcan esta relación.
Ni compromiso ni etiquetas. Ante esto, Irene Torti piensa que, «evitan comprometerse ya que piensan que estar en una relación es sinónimo de sufrimiento y pasarlo mal, cosa que evitan a toda costa».
- Asexuales. Aman con la misma intensidad, pero no necesitan la intimidad física. Pese a que esperan estar juntos el resto de sus vidas, no sienten la necesidad de establecer un mínimo contacto sexual, y le la relación le satisface plenamente. La psicóloga señala que hay «personas que conciben el amor sin sexo».
- Swingers. ¿Acaso no podemos permitirnos relajar la cláusula de exclusividad de 24 horas, siete días a la semana, de nuestros contratos de compromiso? Los que practican el intercambio de parejas sí lo creen. Según Irene Torti, en este tipo de relaciones hay una cosa que debe quedar clara: «Que haya confianza, respeto y sinceridad en todo momento, es decir, que si ambos, se sienten cómodos y nadie sufre debido a esta situación, no habría ningún problema». Discutible sería que «una de las personas comenzara a sentirse incómoda y a sufrir, por lo que deberá tener la confianza suficiente para comunicárselo a su pareja y buscar una solución», explica la psicóloga.
- Otakus. Es el nombre que reciben en Japón quienes renuncian a los amores reales por las perfectas parejas virtuales. Se trata de relaciones a través de programas informáticos que recrean su media naranja, con la que quedan a comer, van al cine y practican cibersexo. A los escépticos, que piensen que no es posible enamorarse de otra persona a través de la pantalla, Irene Torti rebate que, «no todo es el contacto físico, que el contacto emocional también es muy importante y sentir que conectas con alguien, ya sea, a través de una pantalla o en las “3 dimensiones”, es algo mágico que en la mayoría de las veces no podemos controlar».
- Relaciones híbridas. A uno no le interesa el sexo o se conforma con el que comparte con su pareja, el otro desea una actividad sexual más intensa. La solución es que la busque fuera tras un acuerdo que suele establecer como condición que los encuentros sean esporádicos y nunca más de dos veces con la misma persona. Según esta filosofía de relación, la persona que busca encuentros sexuales con terceros, pretende responder a sus instintos más que tener encuentros sentimentales. Como argumenta Irene Torti, «la persona busca algo fuera tras un acuerdo con su pareja, en la que la otra parte permite dicha situación ya que ambos piensan que es lo mejor para la pareja y satisfacer las necesidades de ambos».
- LAT. Llevan por bandera el juntos, pero no revueltos. Muchas de las personas ‘Living Apart Together’, han pasado por relaciones largas, incluso por el divorcio, y se ha acostumbrado a vivir solas. «Perfectamente una persona que haya pasado por una relación traumática, por miedo a ser dañada, puede actuar de esa manera, cerrándose a cualquier tipo de compromiso, sin encariñarse demasiado con las personas y no abriéndose a ellas para no darles el poder de volver a hacerle daño», explica Irene Torti.
Según la psicóloga, «cada persona tiene su historia, y que las relaciones que tienen pueden ser producto de lo que han vivido o de cómo han concebido las relaciones hasta día de hoy».
Compartir amor a tiempo parcial y no completo, es una tendencia cada vez más habitual entre parejas que entienden que la convivencia puede restar más que sumar. Con boda o sin matrimonio, se puede residir en casas contiguas o en otras ciudades incluso, se trata de establecer solo un compromiso, compartir el amor hacia la otra persona. «En parte sí son un poco cobardes ya que no todas las relaciones son iguales ni igual de traumáticas», opina Torti.
- Flexisexuales. Podría considerarse una variante de las parejas abiertas. En este caso, la búsqueda de placer fuera de la relación surge porque uno de los dos se siente atraído también por personas de su mismo sexo, y el otro considera mejor permitirle vivir esas experiencias antes que la frustración suponga un lastre para el amor.
«La comunicación en estos casos, es aún más importante aún si cabe», afirma la psicóloga, argumentando que, «en el momento que dicha situación te comience a afectar, debes comunicárselo a tu pareja para que o bien, él/ella deje de vivir dichas experiencias o finalice la relación por el bien de ambos».
- Poliamorosos. Para ellos las relaciones no son exclusivas y los sentimientos resultan más enriquecedores si se comparten con dos o más. Se podría decir que es la filosofía no posesiva, honesta, responsable y ética de amar a varias personas al mismo tiempo. Implica el consentimiento de los involucrados. Este tipo de relaciones, ¿podemos decir que, aunque socialmente sean las menos aceptadas, son las más naturales en el sentido de que cada persona no es media naranja de otra, sino que puede que varias personas le atraigan? En lugar de juzgar este tipo de relaciones, Irene Torti se posiciona a favor de comprenderlas. «Tradicionalmente, concebimos el amor entre dos personas, más concretamente entre un hombre y una mujer, y cuando vemos relaciones poliamorosas, es normal, que a veces, nos choque ya que no es lo que nos han enseñado que esta “correcto”, pero es totalmente comprensible que una persona se sienta atraída y enamorada por varias personas, ya que sería limitarla demasiado encasillarla con una sola».
- Parejas abiertas. Se aceptan aventuras con terceros. El compromiso de dos personas que quieren compartir su vida manteniendo un amor libre. La fidelidad no es esencial y si viven en matrimonio no juran renunciar a otras pieles. El principal problema que puede surgir en una pareja abierta es claro: «Que se rompa la comunicación y el respeto». Para que este tipo de relación todos los miembros de mutuo acuerdo de tener deben estar de acuerdo, «para que ninguno sufra , y que una de las partes no quiera seguir teniendo una relación abierta o descubra que se ha enamorado de otra persona, y por miedo a la reacción del otro no diga nada», aclara Irene Torti.
Romper mitos del Amor Romántico
¿Con quién estás? El amor romántico normaliza relaciones donde la posesión es parte del núcleo y los celos son muestra de cariño. Limitar las decisiones y acción no es amar. «En las relaciones debe primar la libertad, y bajo ningún caso se debe limitar ni coartar la forma de pensar de la otra persona, ya que, si hacemos esto, la persona deja de ser ella misma, para convertirse en la persona que tú quieres que sea», afirma Irene Torti.
Echarse de menos es bueno. Tener espacio personal dentro de una relación es necesario. «Si confías en tu pareja, no tienes por qué tener miedo e inseguridades a que sea libre, ya que sabes que porque salga con sus amigos/as no tiene por qué ser desleal o engañarte», afirma Irene Torti y añade, «aquí entra en juego también, la comunicación entre ambos, ya que, si existe, tienes la seguridad de que si tu pareja deja de sentir por ti, va a decírtelo con total confianza y respeto».
En las relaciones afectivas sanas y responsables, hay amor propio. Un concepto, en este caso trabajo emocional, permite nombrar ciertas dinámicas internas de las relaciones que quedan invisibilizadas.

Rompamos con los mitos que perpetúan la violencia y las desigualdades en la pareja. «El amor romántico es una falsa que nos han contado desde pequeños e inculcado a través de muchísimas películas, libros etc. Esto nos ha creado muchísimas expectativas como que el amor lo puede todo y que todo vale», opina la psicóloga. Además, añade «nos han creado una idea de que las relacione son cerradas entre hombre y mujer, que los celos están a la orden del día y que cuanto peor te traten, más debes querer a la otra persona».
En los medios, televisión y redes sociales, especialmente, se tratan las relaciones de pareja, alabando las infidelidades como fuente de renovación. Estos son conceptos tóxicos, sostiene Irene Torti, explicando que, «nos transmiten modelos en los que cuando peor te tratan, más tienes que querer, aguantando infidelidades, celos y actitudes posesivas». La psicóloga critica este tipo de estereotipos y critica que, «esto no lo podemos permitir, porque luego lo llevamos a la vida real, en la que los problemas son reales y pueden tener consecuencias devastadoras para nuestras vidas».
La carga emocional de las relaciones
Si un amigo está triste nos damos cuenta solo con mirarle a la cara. Entonces, nos alertamos y sabemos que hay que hacer algo para animarle. Hay una anticipación a cómo se puede sentir otra persona y una respuesta para actuar. Con las relaciones amorosas debe ocurrir lo mismo. Hablamos de una especie de «trabajo emocional», que se da con intensidad en las relaciones afectivo sexuales. «En las relaciones, habrá momentos en los que una de las partes se encuentre mejor y la otra peor, por lo que es necesario apoyar e intentar que la otra persona se sienta lo mejor posible, demostrándoles que nos importan y que queremos lo mejor para ellas», explica Irene Torti.
Cuando nos importa alguien trabajamos para generar bienestar y esas prácticas contribuyen al mantenimiento y fortalecimiento de los vínculos. Y todas estas tareas, invisibles y escurridizas pero cansadas hasta el punto de agotar, son el trabajo emocional. De hecho, todas las relaciones tienen una regla: nunca dejes que las personas que amas se sientan sola. Pero, pese a que es importante hacer que las personas a las que amamos sepan que pueden contar con nuestro apoyo, no hay que caer en el error de «anteponerlas a nosotros mismos», puntualiza la psicóloga. Es decir, «debemos demostrar nuestro amor y compañía al otro para que no se sientan solos, pero siempre y cuando sepamos amarnos antes a nosotros mismos», aclara Torti.
¿Crees en las segundas oportunidades? En cuestiones de relaciones, la respuesta es sí. Es posible que dos personas decidan acabar con una relación sentimental, porque ya no tengan el mismo sentimiento y, al cabo de un tiempo separados, decidan reencontrarse y vuelvan a enamorarse. «En algunas ocasiones, no es el momento de seguir una relación a pesar de que el cariño y el amor no se hayan ido», afirma Irene Torti, quien aclara que, «hay veces que, para estar bien en una relación, debemos estar bien con nosotros mismos y darnos un tiempo para estar solos y conocernos más».
«Para estar bien en una relación, debemos estar bien con nosotros mismos y, darnos un tiempo para estar solos y conocernos más»
Irene Torti, graduada en Psicología y especializada en el área forense y penitenciaria
Las personas que mantienen una relación pueden tener opiniones adversas ante un mismo tema. Es aquí cuando la negociación, el respeto de opiniones y el acuerdo juega un papel importante. El individualismo es uno de los factores vitales para cualquier persona, «el hecho de estar en pareja, no es sinónimo de tener que tener los mismos ideales», ejemplifica la psicóloga, y advierte que, «a este tipo de situaciones hay que evitar llegar, ya que antes de la vida en pareja, está la vida individual, contigo mismo, con tus valores y principios, los cuales nunca se deben perder».
Amar no es darlo todo
El amor de verdad es inesperado. Inevitable. Cuando lo sientes hasta puede fastidiar, a veces. Y da miedo en algunas otras ocasiones. Pero, al mismo tiempo, si te dejas llevar, no hay nada en el mundo que te haga sentir más vivo. Solo aquel que te escucha cantar, inventándote las letras de las canciones, que apoya todas tus locuras, que te acompaña al alzar el vuelo sin ponerte cadenas… Que no le asusta caer si es contigo, que aleja las mentiras, que atrae la ilusión, puede hacer que te sientas cómodo en una relación. Según Irene Torti, «una relación sana, en la que prime la confianza, el respeto y la comunicación, en la que ambos están al mismo nivel y en la que los roles tradicionales correspondientes al hombre y a la mujer no existen, por lo que se deben entender relaciones libres, en la que ambos estén de acuerdo en todas las decisiones que se tomen».
Gestionar las emociones, las tuyas y las del otro, es importante. Según Irene Torti amar es «el sentimiento de respeto, admiración y confianza hacia una persona». Buscamos compañeros de viaje, no de celda. En opinión de Irene Torti, así es como las cosas funcionan, dado que, «debemos rodearnos de personas que nos hagan sentir libres y, aun así, queramos elegirlas para que nos acompañen en nuestro día a día y en todas nuestras aventuras. Debemos estar rodeados de personas que saquen lo mejor de nosotros, que nos transmitan energía positiva y nos impulsen a hacer aquello que nos gusta y nos hace feliz».
«Debemos rodearnos de personas que nos hagan sentir libres»
Irene Torti, graduada en Psicología y especializada en el área forense y penitenciaria
Libertad, respeto, responsabilidad y sin falsas expectativas. Son algunos elementos importantes en una relación, pero, no todo lo que envuelve una relación es positivo. Por eso, la comunicación es vital. Ante esto, Irene Torti opina que, «el miedo a hablar y el miedo a la reacción del otro, pueden hacer que tomemos el rol de dominado». Algo totalmente desaconsejable por parte de la psicóloga, quien opina que hay que decir en voz alta que algo va mal, porque «lo mejor es contarle a tu pareja todo aquello que te molesta, en el momento en el que te molesta». De esta manera, «se podrán solucionar las pequeñas cosas que te van molestando», expone Torti.
No pierdas más tiempo
¿Qué hacemos? Lo que tú quieras. Pregunta y respuesta de un posible conflicto ante el que deben salir las personas que forman parte de una relación. Uno busca tratar el problema y encontrar una solución. El otro delega todo en la otra persona. Mentalmente, esta situación puede ser bastante agotadora. «En las relaciones debemos de decir en todo momento lo que nos molesta o nos hace sentir mal para poder dar una solución», aconseja Irene Torti, quien piensa que, «si te callas y no expresas lo que sientes, lo único que conseguirás será fomentar tensión y conflictos».
«Si te callas y no expresas lo que sientes,
lo único que conseguirás será fomentar tensión y conflictos»
Irene Torti, graduada en Psicología y especializada en el área forense y penitenciaria
Esta carga mental puede ser con cosas insignificantes pero que, si las almacenas pueden repercutir en tu bienestar emocional, generando sensación de agotamiento e incluso ansiedad. «Si te cargas mentalmente demasiado con cosas y te preocupas por los demás continuamente puede ser que llegues a un punto en el que no puedas más y estés incluso más irritable, por el cansancio que todo esto conlleva», explica la psicóloga.
En el reparto de tareas para que se realicen de forma equitativa está la solución. A la hora de ponerle cara y gestionar para buscar una solución, para trabajar en una corresponsabilidad emocional que termine con una desigualdad que afecta, «la solución podría ser explicarle a tu pareja aquellas tareas que más carga mental te suponen, hacer una lista de todas ellas, y repartirlas de manera que no solo una persona se cargue con toda», opina Irene Torti.
Sacar las conversaciones importantes. Poner sobre la mesa los temas de los que hay que hablar, también los incómodos. Tomar decisiones, a veces pequeñas, otras grandes, sobre qué hacer para estar mejor, mejorar el ambiente familiar o en el grupo de amigos… La comunicación es vital en una relación. «Si no hay comunicación, esto puede crear muchísimos mal entendidos y la suma puede desembocar en ruptura», afirma Irene Torti.
Hay gestos que hablan más fuerte que las palabras. Aunque quieras ignorarlos por miedo al cambio tarde o temprano tendrás que escuchar ese secreto a voces que se revelaba frente. Si una persona siente estar perdida y no encuentra salida en una relación, huir puede ser una forma de encontrarse. «Si no sientes que eres tú mismo en una relación, debes abandonarla», indica la psicóloga, quien aconseja que «Si estás en este tipo de situaciones creo que debes pedir ayuda si es necesario para saber qué es eso que te pasa y como ponerle remedio». «De esta manera, entenderás tu situación, lo que necesitas y lo que no», sostiene Torti.
Un buen consejo a veces puede ser: No pierdas más tiempo. Piensa que si compartes tu vida con alguien que no valora tu brillo, debes huir de la pesadilla y deber hacerlo sin mirar atrás.
Entonces, un día despiertas y el corazón está tranquilo. Nada duele, nada angustia, nada grita. Entonces ya fue, ya acabó. «Es imprescindible pensar en uno mismo ya que, si le damos más importancia a los demás, finalmente, esto acarreará problemas a tu vida, porque si no nos queremos a nosotros mismos, no vamos a saber querer a los demás», advierte Irene Torti.
«Si no nos queremos a nosotros mismos,
no vamos a saber querer a los demás»
Irene Torti, graduada en Psicología y especializada en el área forense y penitenciaria
Una ruptura no es casual. Todo tiene un trasfondo. Muchas personas se alertan cuando ven que una relación de muchos años finaliza. De hecho, la persona que asume con más madurez y toma la iniciativa de cortar es socialmente la más criticada de cara a los familiares y amigos, especialmente, si una de las partes asume el rol de víctima. Sin embargo, puede que esa persona que decide cortar por lo sano, haya sido la que más carga emocional ha asumido en la relación y, sencillamente, se ha cansado de ello. «Se tiende a ver como “mala” a la persona que corta la relación», expone Irene Torti, criticando que «realmente, deberíamos pensar que, si ha hecho eso, ha sido porque ha tenido una razón de peso, bastante grande como para salir de su zona de confort y dar ese paso». «Pienso que se tiende a apoyar a la víctima porque, la sociedad nos ha enseñado a apoyar siempre a la persona que supuestamente es más débil y que peor lo está pasando, cuando en este caso, la persona que ha tomado la decisión puede ser la que peor lo esté pasando por sentirse culpable de lo sucedido», concluye la psicóloga.
Las relaciones sanas no son incondicionales ni sacrificadas. Una pareja no puede ser para siempre si se basa en que solo existe un amor, en el errado concepto de media naranja y dejando en segundo plano el amor propio. «Se debe decir basta, cuando estás viendo que se te está faltando al respeto y no se te valora lo suficiente», apostilla Irene Torti.
Me ha parecido súper interesante el post y me gustaría dejar mi punto de vista sobre este complejo mundo de las relaciones amorosas. Creo que idealizar las relaciones y a las personas es uno de los mayores errores que cometemos. No hay relación perfecta al igual que no hay personas perfectas. Pienso que las parejas tienen que encontrar el equilibrio en su relación para ser felices juntos y para ello, tienen que conocerse a sí mismo y al otro, respetarse, aceptarse y amoldarse a la otra persona siempre que esto no afecte a nuestro ser, nuestra forma de ver la vida y de vivirla. Hay veces que hacemos cosas por nuestra pareja que no haríamos ni por nosotros mismos, y no debe ser así. Hay que quererse y cuidarse a uno mismo primero, para luego querer a los demás, como se dice en el post, y solo así conseguiremos forjar relaciones sanas en nuestra vida.
Super interesante. En mi opinión cada persona es diferente, por lo que cada relación de parejas es distinta, hay un mundo entre unas y otras aunque a simple vista parezcan que son iguales, por lo que debemos evitar siempre las comparativas porque son odiosas.
En primer lugar para ser capaces de amar a nuestra pareja, debemos empezar por amarnos a nosotros mismos.
Considero que el punto clave de una relación se basa en la confianza, si somos capaces de ser totalmente sinceros con nuestras parejas sin tener ningún tipo de tabú, se evitarán muchos conflictos y tranquilidad para ambos, ya que no existirá el miedo.
De esta forma conseguiremos ser felices, compartir nuestro camino con las personas que queremos y no causar daños, si no forjar una relación fuerte desde primera hora.