Todos tenemos un rincón donde guardamos recuerdos como si de tesoros se tratasen. Los recuerdos forman una parte esencial de nuestras vidas. A ellos podemos volver para trasladarnos a un momento en el que fuimos felices o incluso nos llevan de nuevo a un lugar que añoramos. Hay recuerdos que nos sugieren olores e incluso nos acercan a personas, y las fotografías son una forma maravillosa de viajar en el tiempo.

Está claro que los recuerdos y las fotos van de mano. La fotografía, además de que hace volver y recuperar del olvido a través de una imagen, también informa e ilustra. Traslada a ese momento efímero en que todo se conjuga para que sea inmortalizado gracias a un click. Pero, ¿quiénes están detrás de muchas de esas imágenes que atesoramos? Son artistas que con o sin filtro consiguen que nos enamoremos de una instantánea y sus galerías son el paraíso para todo aquel que disfruta de un espacio visual repleto de imágenes de calidad. Tras observar el mundo a través del objetivo, Mireya Sánchez, Rafael Torres, Jose Carvajal y Laura Reyes Sánchez reflexionan sobre el universo de las imágenes con el propósito de valorar la profesión y compartir su arte: la fotografía.

ANDROMEDA STORIES

«Las personas somos como estrellas en el firmamento. Somos infinitas, cada una brilla con su luz especial… y a veces esa luz, entre toda la oscuridad, consigue toparse con otra estrella y unir sus halos, para brillar así con más fuerza, en lo infinito del universo». Así se ve el amor en Andromeda Stories y la que está tras el objetivo es Mireya Sánchez.

Con gran sensibilidad artística, «era la típica que dibujaba bien de la clase, y también me gustaba mucho el resto de disciplinas como la pintura, la música y la danza», cuenta Mireya, Desde pequeña le ha encantado la fotografía. «Cuando me regalaron mi primera cámara digital siempre la llevaba a todas partes y hacía fotos con ella todo el tiempo a paisajes, naturaleza, detalles y cosas que me parecían bonitas, pero no fue realmente hasta que me regalaron mi primera réflex que empecé a desarrollar más la fotografía en un sentido más artístico», cuenta Sánchez.

Ella estudió Bellas Artes en la Universidad de Sevilla (US), y más tarde se especializó en diseño gráfico, pero algo le faltaba. «Empecé entonces a hacer fotografías de retrato y sesiones con algo más detrás que el simple hecho de hacer algo estético, sino también con ánimo de contar o transmitir algo», añade la fotógrafa.

Antes de plantearse cubrir un evento, Mireya decidió rodarse un poco. Iba de ayudante y también realizaba fotos para practicar en toda ocasión que se presentaba. «Me di cuenta que aquello era algo de lo que podía vivir y que me gustaba mucho hacer», relata Sánchez.

Tras su proceso de experimentación y aprendizaje, decidió poner en marcha un proyecto de fotografía de boda: Andromeda Stories. «Empecé de segunda fotógrafa con otros compañeros en 2019 y en 2020 decidí embarcarme en ello por mi cuenta para tener el control creativo sobre las historias de amor que se pongan delante de mi lente», explica la fotógrafa.

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Mireya Sánchez, fotógrafa en ‘Andromeda Stories’.

Cuando definió al cine como un «arte plástico en movimiento», por lo que le pareció que este debía estar enumerada en la lista de artes. De este modo, se definiría el cine como séptimo arte. «El cine me ha inspirado desde siempre la fotografía y viceversa», afirma Mireya. ‘Her’, ‘Mr. Nobody’ e ‘Interestellar’ son algunas de sus películas favoritas no solo por su historia, sino por su fotografía. «Son incontables las películas cuya fotografía te hipnotiza, te atrapa y te hace sentir que no quieres despegar la vista de lo que estás viendo, además de aportar un estilo narrativo y estético a la obra que la define», añade.

Además del cine, la literatura y la pintura, se puede encontrar inspiración en la naturaleza. «Para mí también es arte», afirma Mireya, quien argumenta que, «es importante nutrirse de otras fuentes de arte diferentes a la fotografía para mantenerse inspirado y poder seguir siendo creativo». De hecho, «la naturaleza también es algo que casi siempre está presente en mi fotografía», confiesa Sánchez.

«Es importante nutrirse de otras fuentes de arte diferentes a la fotografía para mantenerse inspirado y poder seguir siendo creativo»


Mireya Sánchez, fotógrafa en ‘Andromeda Stories’.

No existe una fórmula simple en fotografía a la hora de captar la magia de una imagen. Cada beso, cada abrazo y cada te quiero se captura en una fotografía. En ese momento, ese instante es congelado en el tiempo y se hace eterno.  «Me gustan mucho los planos detalle, las manos y las miradas», destaca Mireya y añade: «Fotografías sinceras, en las que intento contar la historia de las personas que fotografío de una forma sencilla, personal y honesta».

En este sentido, además de fotografía y creatividad, hay algo que no puede faltar en una sesión de fotos como «empatía, respeto y confianza mutua», indica la fotógrafa. «Es importante que tanto fotógrafo como fotografiados se sientan cómodos y relajados para ser capaz de captar las emociones en su estado más puro y natural. Por eso intento esforzarme siempre en crear cierta complicidad y confianza con las personas», aclara la sevillana.

El contenido y las características técnicas no lo son todo. Después de capturar las imágenes es el turno de la edición. De hecho, es un trabajo bastante meticuloso que requiere tener estilo, pero también paciencia y habilidades de tratamiento fotográfico. Como asegura Mireya Sánchez, «una foto recién salida de la cámara no tiene nada que ver con el acabado final de una foto. Esos colores puedes parecer ‘naturales’, pero realmente se alejan bastante de lo que la cámara capturó en bruto». «La edición es un continuo campo de batalla en constante evolución para la mayoría de fotógrafos y nos da muchos dolores de cabeza, pero merece la pena cuando alcanzas unos resultados con los que realmente te sientes satisfecho», reflexiona la fotógrafa.

Siempre en constante formación, trata de estar al día de las últimas tendencias, aunque deja claro que «para mí, un fotógrafo profesional no es el que más cursos tiene, ni el que más experiencia tiene, ni el que cobra más caro, ni el que más profesional dice ser, sino aquel cuyo trabajo demuestra lo que vale por sí solo». Aunque, «siempre va a haber gente que no sepa valorar lo que está viendo, por supuesto. Por desgracia, hay mucha gente sin la suficiente sensibilidad artística o gusto estético, pero ante esto solo nos queda educar visualmente y defender nuestro trabajo por lo que verdaderamente vale», señala la fotógrafa.

«Tanto la fotografía en concreto como el arte en general son cosas que a veces cuesta que la gente valore. O no tanto valorar, sino pagar el precio del esfuerzo y los recursos que hay detrás», critica Mireya. «Por suerte, dentro de la fotografía, los fotógrafos de bodas no podemos quejarnos ya que creo que somos de los más valorados dentro del gremio. Todo el mundo valora las fotos del que según dicen, es uno de los días más felices de tu vida», opina.

«Tanto la fotografía en concreto como el arte en general son cosas que a veces cuesta que la gente valore».


Mireya Sánchez, fotógrafa en ‘Andromeda Stories’.

Las nuevas tecnologías conducen a entender de manera distinta las galerías y exposiciones. En este sentido, Instagram es una de las redes más populares que existen hoy en día, y que en cierto modo ha permitido popularizar este arte que tanto nos gusta: la fotografía. De hecho, en general, toda red social, «es un escaparate para potenciales clientes y un sitio donde crear comunidad y apoyarnos unos a otros, así como un sitio dónde inspirarse de lo que otra gente hace en todo el mundo» piensa Sánchez.

Si bien es cierto que el éxito de una cuenta de Instagram no tiene por qué regirse por la calidad de las fotografías que componen el feed, hay que dejar claro que, en general, permite un contacto directo, visibiliza todo trabajo publicado y, por consiguiente, mejora el alcance. «Hoy en día tenemos la suerte de tener un escaparate mundial interminable como es Instagram, donde poder compartir y enseñar nuestro trabajo a personas que de otra forma sería casi imposible llegar», opina Mireya. «Pienso que es una herramienta que tenemos que aprovechar, pero requiere de mucho tiempo de dedicación y hoy en día cada vez es más difícil crecer y destacar, pero aun así es una aplicación muy útil para nosotros los fotógrafos», piensa la fotógrafa.

Apasionada de la fotografía de boda y amante de la fotografía en general, trabaja para que sus clientes tengan un recuerdo inolvidable. «A nivel personal, es mucho más gratificante oír lo mucho que ha gustado tu trabajo y que te compartan y recomienden, que lo que sea que puedas cobrar por el trabajo en sí», concluye Mireya Sánchez. Y añade: «Que mis clientes estén felices con los resultados».

FOTOGRAFÍA DOCUMENTAL

Dicen que la vida se ve del color del cristal con el que se mire. Valga el paralelismo, en fotografía también podríamos decir algo parecido y afirmar que la vida se ve según la lente con la que se fotografíe. Y hay imágenes que hablan por sí solas como es el caso de la fotografía documental de Rafael Torres.

Allá por el 2001, a sus 11 años, recuerda que tenía su primera cámara gracias a sus padres. «Los primeros años estuve fotografiando a mis compañeros de clase, durante los años que duró la ESO. Gracias a ello tengo miles de fotografías de mi adolescencia, y la de los compañeros de clase de aquella época», recuerda el fotógrafo. «Poco a poco, fui desarrollando el interés por la fotografía más como un arte que como el mero hecho de hacer fotografías a todo, sino dotar de sentido las imágenes», añade. «Al poder fotografiar y ver las fotografías en mi ordenador personal me di cuenta las posibilidades que tenía el mundo de la imagen», expresa Torres.

La curiosidad y la pasión siempre le han llevado a conocer lugares y personas distintas por todo el mundo. Su vocación surgió «prácticamente cuando empecé a darme cuenta del valor que tenía la fotografía, no económico, sino el valor personal del que dotaba cada individuo a la fotografía», confiesa Rafael Torres, quien no duda que más que una imagen es un sentimiento por «esa magia especial que sientes cuando ves una fotografía de cuando eras pequeño, y con algo tan simple puedes cambiar la forma de ver de las personas, así como rememorar momentos que ya se han borrado de la memoria».

«Empecé a los 11 años a fotografiar sin ninguna pretensión profesional, pero a los 19 formé mi propia empresa que sigue activa a día de hoy», aclara Torres, quien deja claro que no ha sido fácil «pero lo mejor es no mirar atrás y siempre pensar que si no pierdes la esperanza tendrás mucho ganado».

Ha fotografiado en prácticamente todas las provincias y comunidades autónomas de España, y a partir de ahí comenzó a viajar para conocer otras culturas que también le han enriquecido personalmente. «Mi formación ha sido totalmente autodidacta, aunque me he formado asistiendo a pequeños talleres de diferentes especialidades para tener mayor conocimiento de varios sectores artísticos», explica Rafael Torres.

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Rafael Torres, fotografía documental.

El libro de Constantine Manos contiene una visión diferente sobre la vida en EE. UU. A través del color te adentra en un mundo dónde el medio resalta por encima de los sujetos y te permite ver más allá de los estereotipos que tenemos de EE. UU. Este es uno de los libros favoritos de Rafael Torres «por la carga documental que tiene es American Color 2 de Constantine Manos».

Seguro de que no solo la fotografía proviene de la pintura, defiende que «muchas artes inspiran a la fotografía tales como la escultura, la música e incluso la danza». Tras analizar y disfrutar cientos de libros, tiene claro que «mis fuentes de inspiración son los referentes de la fotografía, desde Alex Webb, hasta Harry Gruyaert, sin dejar de lado a maestros como Constantine Manos, Ferdinando Scianna o Koudelka entre muchos otros», indica.

Sencillez y realidad es el binomio perfecto que mejor define su trabajo. «Creo que no hace falta complicarse demasiado para contar algo. Esta es mi visión, aquí está ocurriendo esto y es lo que te muestro», opina Torres.

«No hace falta complicarse demasiado para contar algo».


Rafael Torres, fotografía documental.

Las escenas, a priori cotidianas, son las protagonistas de su galería. «Intento contar muy de cerca lo que me rodea, con un toque pícaro a veces, pero sin huir de la realidad», afirma el fotógrafo. De hecho, «quiero que las fotografías al mirarlas de cerca te acerquen a la palabra ‘idiosincrasia’», indica Rafael Torres, argumentando que «esto define las costumbres y realidades de una sociedad de un lugar concreto, por ejemplo, las imágenes que realicé en Cuba y de las cuales saqué el libro Oxímoron, con mi compañera Layna Fernández», explica Torres.

La composición es quizás uno de los aspectos más importantes para él. «Me centro en tener un buen encuadre y después confiar en esa misma posición para ir encauzando los motivos o sujetos por el plano», explica Torres, quien asegura que dentro del proceso creativo «primero intento documentarme bastante antes de realizar un proyecto, pero cuando simplemente salgo a fotografiar por relajarme intento empezar realizando elementos como la arquitectura o símbolos, y poco a poco voy empezando con las personas».

Con «un estilo documental sin artificios», como bien indica Torres, asegura que «me gusta mucho el color y crear conexiones con el color». Para ejemplificar esta afirmación, Rafael Torres expone que «la edición es dar luz y color, no más», argumentando que «no hay que ultraprocesar las fotografías ni alterar la realidad bajo ningún concepto, sobre todo, cuando hablamos de documentar, porque si empiezas a tocar y tocar los elementos al final no estás contando la realidad».

Rafael Torres, fotografía documental.

Como fotógrafo documental, sus trabajos reflejan la vida de las personas y las historias que hay detrás de ellas. Con infinidad de anécdotas con su cámara de acompañante, aún recuerda «aquella vez que estaba en Marruecos, en Tetuán, fotografiando a comercios dónde ofrecían té, y para meterme de lleno en todos los negocios y pasar desapercibido me tomé un té en cada establecimiento. En total me tome 10-12 tés en apenas unas 5-6 horas».

Tras años de trabajo e infinidad de proyectos abiertos sin fecha de cierre, Rafael Torres tiene claro que «la mayor recompensa que puedo recibir es la de crear algo o documentar algo que sea eterno. Que cuente algo y sirva de información o para ayudar a conocer a otras personas».

Aunque no todos lo vean del mismo modo, la cámara fotográfica es una herramienta imprescindible para que muchos artistas expresen sus emociones. «Hay gente que lo valora por encima de todo y otros no le dan importancia», opina Rafael Torres. «Creo que nuestro trabajo hay que enfocarlo a los que sí le dan importancia, porque la gratificación final no va a ser económica, sino personal», apostilla el fotógrafo documental.

FOTOGRAFÍA BEAUTY

La moda, en su esencia, se trata de crear imágenes: imágenes que inspiran, emocionan y también cuestionan. Jamás pensó que se iba a dedicar a la fotografía beauty. De pequeño, él quería ser veterinario. «Mi tío Miguel es a quien considero mi principal influencia artística», señala Jose Carvajal, fotógrafo de beauty, que centró su carrera al mundo de la belleza y ha publicado trabajos en revistas como L’Officiel, Neo2, Vanidad y TUSH Magazine.

Inició el grado de Comunicación Audiovisual en la Facultad de Comunicación de Sevilla y, «durante la carrera me enfoqué bastante al trabajo de sonidista y técnico de radio, pero poco a poco fui redescubriendo la fotografía», cuenta Carvajal. Y, tras la carrera, entró en el Máster de Dirección de Fotografía Cinematográfica en ESCAC (Terrassa, Barcelona), y «mientras andaba en rodajes con mis compañeros, montaba sesiones más de tipo retrato, gestionaba todo el tema de modelos, fui aprendiendo a retocar y los flujos de trabajo», explica el fotógrafo.
Más tarde realizó el Máster en Diseño Gráfico en CEI Sevilla. De forma paralela, a lo largo de ese período «me he formado en retoque, fotografía artística y conceptual, beauty y diseño 3D en sitios como Domestika y Skillshare. Además, he sido alumno en workshops de fotografía, y destacaría el de colodión húmedo de Martí Andiñach. Uno de los mejores talleres que he hecho jamás», comparte Jose Carvajal.

Hay dos momentos cruciales en la carrera de Jose Carvajal: cuando hizo su primer proyecto serio sobre retratos analógicos en la carrera, y cuando comenzó a adentrarme más en el mundo de la moda y a dejar de ser tan introvertido como era antes. «Dejé de ver el trabajo en equipo como una molestia o algo absurdo, y ahora sería imposible generar trabajo y creatividad sin los equipos con los que estoy habitualmente», indica el sevillano. De hecho, el primer trabajo que hizo con De Maria y Anastasia Solomina fue un antes y un después en su forma de entender el beauty. «Meterme en la fotografía de beauty empezó en mitad de una editorial de moda que monté junto al primer equipo que formé, con una idea de referenciar a Eugenio Recuenco. El maquillador me preguntó si yo sabía hacer beauty y le dije que sí a pesar de mi inexperiencia y, tras probar y formarme en ello, me acabó encantando», recuerda Jose Carvajal.

En general, el objetivo para Jose Carvajal es que el espectador cuando se acerca a sus fotografías «que vea que, tras esto, hay un arte». Y añade: «Para mí hay maquilladores, y artistas del maquillaje, y estos últimos son los que rompen los límites. Recientemente, he estado trabajando en una nueva propuesta, aunque de aquí a poco tiempo presentaré algo nuevo que me dará toda la libertad que quiera en este ámbito. Literalmente habrá cero límites».

Jose Carvajal, fotógrafo de beauty.

Aunque el trabajo del fotógrafo no implica vestir, peinar o maquillar a los modelos, sí es responsabilidad suya estar al tanto de las tendencias actuales. La moda está en constante cambio y es imprescindible estar informado. Cuando le preguntan por su método de trabajo, el sevillano responde: «Mi idea es enfrentarlo a algo diferente, a propuestas creativas que no hayan visto antes y que perciban el maquillaje como algo realmente especial, y no solo como ‘arreglarse para salir a la calle’».

Empezar un proyecto puede venir de una idea muy clara y concreta, pero también desde una sensación particular que no sabes cómo representar. Es en esos casos en donde conocer herramientas de conceptualización creativa es esencial para poder materializar tu inspiración. Uno de sus profesores favoritos, Fernando Mendoza, decía en clase que lo peor a lo que nos podemos enfrentar es al lienzo en blanco. «No tengo ni papa de dibujar, pero me gusta bocetar, tontear con algún pincel nuevo en Photoshop, pintar, trabajar la acuarela… Me parece muy enriquecedor para cualquier fotógrafo, maquillador o estilista», confiesa Carvajal y aclara: «lo que sí considero casi obligatorio es intentar practicar y trabajar la creatividad sobre papel todo lo posible, alejarnos de las pantallas ayuda muchísimo».

Jose Carvajal no duda de su estilo «cercano e íntimo», y deja claro que «podría definirte mi trabajo como técnico, limpio y colorido, pero no es lo que principalmente me interesa transmitir». Y añade: «antes que fotógrafo de beauty, soy fotógrafo de retrato», señalando que «sin esa cercanía, me sería imposible conseguir trabajos que me impacten a mí antes que, a cualquier otra persona, y lo primero que quiero evitar son los trabajos planos, sin gracia, sin interés».

En prácticamente todos los tipos de fotografía, un elemento determinante para el resultado final de tus imágenes, es no solo la preparación, sino también el trabajo colaborativo.  «Una buena base técnica, la preparación previa al trabajo, y el respeto por tu equipo. Desde la modelo hasta quien te alquila el estudio. Si falla uno, el trabajo no existe», opina Carvajal.

«Antes que fotógrafo de beauty, soy fotógrafo de retrato».


Jose Carvajal, fotógrafo de beauty.

Ante esto Carvajal indica que el proceso creativo hasta completar una sesión es «documentación, brainstorming, elaboración de una propuesta creativa, presentación al equipo y puesta en común, período de cambios, shooting, revisión, primera criba, segunda criba, retoque y listo».  El scouting es esencial para los fotógrafos, porque te permite prever todas las posibilidades de una sesión. La elección del lugar determinará el aspecto final de tus imágenes, y creará la atmósfera general de tu editorial, ensayo fotográfico, o del proyecto de cualquier tipo que vayas a desarrollar. Pese a que le gusta planificar cada sesión, Carvajal confiesa que se deja llevar e improvisa, «saltándome los pasos previos al shooting, pero esto sólo lo hago con tres artistas: De María, Jose Luis Blasco y Patricia Reyes».

En evolucionando constantemente, son muchas sus fuentes de inspiración y referencias artísticas. Su obsesión es no aburrirse. «Ver los trabajos que hice hace tiempo y seguir pensando que son interesantes. Aparte de eso, me centro mucho en los ojos, por algún motivo me atraen bastante», explica el fotógrafo. Actualmente, «lo que más me interesa es romper las barreras creativas, y llevar mi trabajo lo más lejos que se pueda». En la actualidad, sigue muy de cerca a «Iris Van Herpen, Anna Rudzit, Ester Magzyar, De Maria, Peter Tarka, Boldtron, Untitled Army, Txema Yeste, Elizaveta Porodina y Joey L.». Y, a nivel específicamente fotográfico, «amigos como Angie Couple, Mercedes Hausmann y Martí Andiñach», añade.

Jose Carvajal, fotógrafo de beauty.

Hay algunas cosas que no cambian. En España, si haces algo creativo, no siempre es elogiado. Sin embargo, «si te atienes exclusivamente a lo que te pidan las agencias o te dedicas a copiar a alguien a quien le ha funcionado su rollo, pues te valorarán de otra forma, pero será un trabajo más aburrido». «No quiero hacer cosas aburridas, y al final mi movida es muy de nicho, pero al menos duermo más a gusto por las noches sabiendo que me respaldan trabajos que me llenan», reflexiona Carvajal.

Poniendo el foco en la industria de la moda nacional, «creo que tenemos profesionales de un nivel creativo y técnico excelente, y no se les da la voz o la repercusión que merecen, ya que hay países en los que se refieren a trabajos creativos como “fantasía” de manera despectiva, como pasa aquí», opina el sevillano.

No han sido pocas las veces que se ha planteado cómo sería tratar de hacer su trabajo en otros países como Alemania, Reino Unido, Italia u Holanda. «Son mucho más respetuosos y abiertos de mente, basta con ver las publicaciones editoriales que se hacen fuera de España, y que las más importantes a nivel de innovación que tenemos en nuestro país (Metal y Neo2) aún se consideren de nicho, cuando son referencias internacionales», añade Carvajal. De hecho, para él «La mayor recompensa sería trabajar en alguna campaña potente en la que me dejen libertad creativa», asegura el fotógrafo, argumentado que «el reconocimiento está bien, pero mucha gente se deja llevar por eso y acaban siendo más influencers que artistas».

De la opinión de que hay que retocar lo justo y necesario, advierte que «no hace falta ser ultra técnico siempre y no todas las fotos necesitan lo mismo». «Muchos fotógrafos se obsesionan por lo puramente técnico, yo incluido cuando era novato, y olvidan que haya o no haya concepto. El retoque excesivo me horroriza y para mí no tiene ningún sentido ni interés», desarrolla Carvajal.

Fotografiamos todo el tiempo. A muchos de nosotros, el crecimiento de las redes sociales nos ha despertado nuevas inquietudes estéticas. Actualmente, se comparten a diario millones de imágenes en redes sociales. «Puedes consumir contenido interesantísimo y generarlo”, afirma Jose Carvajal, quien opina que “hay que adaptarse a cualquier nuevo medio y son una galería de cara al público mayoritario de acceso gratuito».

Si se analizan las cuentas más exitosas de redes sociales, descubrirás rápidamente que un componente esencial es la creatividad y variedad de las imágenes que se comparten. Pero, «la creatividad no nace solo de que veas 30 fotos al día en Instagram, el proceso posterior a eso es trabajarla de forma plástica previamente a la sesión». «Es vital consumir creatividad de otros profesionales y, sobre todo, perder el miedo y ponerla en práctica», añade.

«Es vital consumir creatividad de otros profesionales y, sobre todo, perder el miedo y ponerla en práctica».


Jose Carvajal, fotógrafo de beauty.

Algunos solo usan la cámara del teléfono móvil para registrar el día a día: una escena familiar, un espectáculo, un viaje. Otros ven en la fotografía una herramienta para la expresión creativa y artística. «Para mí han significado la entrada de trabajo y el conocer a gente que a día de hoy cuento entre mis mejores amigos», señala.

Jose Carvajal no cree en el intrusismo del mundo de la fotografía, sino más bien considera que «antes fotografiaban muy pocas personas». Es decir, «creo que los jóvenes hemos abierto muchísimas puertas ante una concepción del trabajo fotográfico más experimental y creativa, con nuevos temas, nuevos intereses y nuevas formas de comunicar, y esto asusta a la gente que lleva años estancada en lo mismo, una y otra vez, gente que no ha querido actualizarse porque no había más competencia que unos pocos más como ellos». «No puedes estar viviendo de 4 o 5 trabajos eternamente, te tienes que actualizar y tienes que evolucionar», critica.


Jose Carvajal, fotógrafo de beauty.

Seamos profesionales o usuarios, si queremos tener un mejor control de lo que comunicamos, podemos asegurarnos de seguir ciertas normas que nos permitan expresar en fotografía. Ante esto, Carvajal piensa que hay otra forma de ‘intrusismo’: «es la del típico que se interesa por la fotografía porque habla con algún fotógrafo que gana mucha pasta y de repente se compra un montón de equipo a ver si por arte de magia llega a la misma meta, pensando que es muy sencillo». Sin embargo, tampoco lo considera amenazante, porque en moda, «esa gente dura dos telediarios. Sin verdadera pasión ni interés (por muy bien que los finjas), no llegas a ningún lado. Es lo que diferencia a fotógrafos aficionados de artistas profesionales».

Como disciplina creativa, la fotografía ha evolucionado. Los cambios en la percepción de las funciones estéticas y sociales de la fotografía, así como avances técnicos y cambios sociales, le han dado a esta disciplina su carácter versátil. La verdad es que, independientemente de la forma en que la abordemos, siempre podemos desafiarnos a nosotros mismos y aprender algo nuevo. «Un artista se interesa por todo lo que compone su disciplina, y lo hace de verdad, con pura pasión, no porque le dejen 100 comentarios en Instagram alabando su trabajo», señala. «He estado dando clases en la escuela LCI de Barcelona, y a mis alumnos les he dicho más de una vez que nada me haría más feliz que volver a encontrarme en algún momento a cualquiera de ellos trabajando en la fotografía y ganándose la vida con ello», ejemplifica Carvajal. «No les veo como competidores, sino como compañeros de trabajo y les ayudaré en lo que haga falta. De haber una competitividad, que sea sana siempre, compartir vivencias o comentarios sobre nuestros trabajos entre cervezas, y pasar de la fase de tirarnos ladrillos entre todos, que no están las cosas como para perder el tiempo en eso», concluye el fotógrafo.

MATERNIDAD, NEWBORN & KIDS

Los bebés crecen tan rápido que inmortalizarlos cuando son pequeñitos es una buena manera de recordar cómo eran. Y además se obtienen fotos tan tiernas que es imposible no quedarse embobado mirándolas, ¿verdad?

Su relación con la fotografía comenzó como hobby, que nunca imaginó que acabaría siendo su profesión. «Siempre me ha gustado. Desde bien pequeña he tenido cámara y me la llevaba todas partes. Me gustaba guardar recuerdos y pasarme horas mirando las fotos que había hecho. Para mí era la forma más bonita de trasladarme aquel momento vivido», cuenta Laura Reyes Sánchez.

Junio de ​​2013 marca un antes y un después de la trayectoria de Laura Reyes como fotógrafa, aunque fue algo progresivo. «Yo trabajaba en una empresa a tiempo completo, y empecé hacer fotografías a gente que no era de mi entorno, vaya que tuve mis primeros modelos, que no eran mis primos, amigos, etc. Y, poco a poco, me di cuenta de la gente valoraba lo que hacía, le gustaba mi trabajo, y yo me sentía muy feliz, me daba igual pasarme horas editando, después de haber trabajado en mi ‘trabajo estable’, porque aquello me llenaba y mucho», recuerda Reyes.

En fotografía, cuando empiezas en la profesión vas probando entre las distintas vertientes, y a pesar de disfrutar de cada nueva experiencia, Laura Reyes tuvo claro que su especialidad sería la fotografía de recién nacido, sin dejar de lado la de embarazo, infantil y familiar. «Fue como cerrar un ciclo en mi vida», asegura la fotógrafa, quien explica que «había dejado mi antiguo trabajo para dedicarme en exclusiva a lo que me enamoraba y enamora».

Ilusionada y feliz de poder dedicarse a lo que más le gusta, en 2017 abrió su estudio, y es en ese momento, cogió forma un proyecto que empezó en 2015. Según Reyes Sánchez, «emprender no es fácil, además de las barreras mentales y miedos que uno mismo se crea, dónde tienes una radio mente que siempre duda de si lo estás haciendo bien, si salir de esa zona de confort te va hacer feliz».

La fotografía newborn, o de recién nacidos, es aquella que retrata sus primeros días de vida, pero no solo se hacen fotos del bebé, sino también se toman retratos con mamá y papá, y quien la familia desee incluir. Como señala la Laura Reyes, las fotografías trasmiten «naturalidad y ternura», con el objetivo de «tener un bonito recuerdo de momentos muy especiales, como por ejemplo la maternidad». Y, si tuviese que definir su estilo con un olor, «sería a canela, vainilla, es una locura, pero a menudo identifico los adjetivos con olores», confiesa. 

LAURA REYES SANCHEZ FOTOGRAFIA MATERNIDAD NEWBORN KID NIÑO NIÑA BEBE
Laura Reyes Sánchez, fotógrafa maternidad, newborn & kids

Especializada en fotografía newborn, premamá, infantil y familiar, Laura Reyes explica que «me inspiro en grandes fotógrafos que son especializados en la misma especialidad (premamá, newborn), pero también consumo fotografía de boda, otros fotógrafos más conceptuales, diría que en cualquier imagen que me resulte atrayente, que me despierte algo dentro de mí. También me inspiro mucho en el cine, hay películas que son puro orgasmo visual».

Además de fotografía y creatividad, hay otro elemento que no puede faltar en una sesión de fotos, según Reyes: «la emoción, y a menudo no es fácil, teniendo en cuenta la cantidad de estímulos que tenemos a nivel visual». Y añade: «tenemos sobredosis de imágenes».

«Tenemos sobredosis de imágenes».


Laura Reyes Sánchez, fotógrafa maternidad, newborn & kids.

Las redes sociales pueden ser un elemento clave para visibilizar un trabajo siempre que sepamos gestionarlas. «Publico mis imágenes cada día, porque sé que hace que más gente conozca mi trabajo, y abre puertas», explica Reyes. De Facebook a Pinterest, pasando por Twitter, Flickr o 500px, y por supuesto Instagram. Hay muchas opciones. «Yo tengo mucho trabajo que hacer en redes, porque tengo sentimientos encontrados respecto a ellas», confiesa Laura Reyes, quien opina que son «un gran escaparate al mundo». Y añade: «Pero al final también soy ‘de la vieja escuela’ y creo que no hay mejor publicidad que la experiencia contada desde alguien que ha vivido una sesión», piensa la fotógrafa.

«La mirada, la esencia y la sensibilidad» son tres características imprescindibles a la hora de enfrentar una sesión, que puedes alimentarlas, pero, que Laura Reyes piensa que se nace con ellas. Detrás de una buena fotografía hay más que un click. «Vivimos en la era de las pantallas, las cámaras en los móviles y todos nos creemos un poco fotógrafos, en general», opina Reyes. Y añade: «falta mucha cultura de la fotografía y el reconocer el trabajo del fotógrafo».

«La cámara no hace al fotógrafo» esta es una de las afirmaciones que Laura Reyes toma como premisa de su trabajo. La gran diferencia está en que «el profesional te ofrece un resultado, una seriedad, unas garantías, un amplio portfolio, una formación y un equipo», indica Laura Reyes. Como explica Reyes, todos empezamos de cero, pero hay mucha diferencia entre tomar la fotografía como hobby a dedicarte a ello profesionalmente. «Yo cuando empecé no sabía que acabaría siendo mi trabajo, pero me lo tomaba con seriedad, con responsabilidad y tratando a la persona que venía hacerse fotos con todo el respeto, siendo muy honesta y amando mucho lo que hacía», recuerda.

«La cámara no hace al fotógrafo».


Laura Reyes Sánchez, fotógrafa maternidad, newborn & kids.

En el caso de las sesiones en exterior, «la luz del atardecer, los tonos naranjas y cálidos», son algunos de sus fetiches y en las sesiones en estudio «me obsesiona dominar la luz artificial, que es algo bastante complicado, pero es algo que siempre esta como ‘punto a mejorar’», asegura Reyes. Además, para realizar una sesión NewBorn, es fundamental planificar para que todo vaya bien. Siempre con el mismo work flow, «prefiero hacerme un esquema mental de la sesión, pero tampoco es ciencia exacta», asegura Laura Reyes, quien confiesa que «los niños son los seres más impredecibles del mundo en muchos momentos».

La mayor recompensa no solo está en el resultado, sino también en «las palabras de agradecimiento del trato recibido, las sonrisas cómplices en la sesión cuando ves que la están disfrutando, y las caras cuando ven el resultado, incluso llantos de felicidad, para mi es lo mejor». Según cuenta Laura Reyes, gracias a su trabajo ha podido vivir muchas experiencias inolvidables. De hecho, entre todos sus proyectos jamás olvidará una sesión en la que «cubrí un parto natural, y fue algo precioso tanto a nivel profesional, artístico y personal», confiesa la fotógrafa.

«Muchos dirán sí, pero de eso no se come», expone Laura Reyes. «Evidentemente es mi fuente de ingresos, pero puedo asegurar que no es lo que más me recompensa, en muchas ocasiones he perdido dinero, pero la satisfacción de entregar un trabajo y que emocione, me ha llenado y compensado todo lo demás», concluye.