«Usemos la cabeza. Los pelos no crecen por gusto, tienen una función». Eso en tono de sermón fue lo que me dijo la última vez mi ginecóloga tras ver mi chocho pelón.
La depilación no es una práctica aconsejable. Así que, tras mis actos inconscientes, he contactado con Alejandra Urbano, estudiante de Medicina, y María Vals, graduada en Psicología y estudiante de máster en Sexología, quienes me han dejado claro que seguir tendencias no siempre es una buena idea. Cuestionarse todo e informarse puede ser una medida preventiva para no poner en riesgo nuestra salud siguiendo modas absurdas.
Si eres de esas personas que piensa que una buena higiene consiste en mantener limpia y sin pelos la zona íntima, estás equivocada. La función del vello púbico, principalmente femenino, es la protección de la zona íntima frente a la entrada de patógenos en la zona genital.
Es un hecho: Los pelos crecen para proteger la zona íntima y reducir el riesgo de infecciones. La depilación es cosa de modas. Si te depilas al completo la zona genital, deberías seguir leyendo.
Moda y bienestar no siempre son aliados. A veces, hay que informarse para no poner en riesgo la salud a cambio de seguir tendencias. Una buena higiene íntima consiste en mantener limpia la zona pero, ¿eres consciente de los riesgos de la depilación púbica?
Nada de raparse al cero
Esta noche tienes tema y no me refiero de conversación, sino a un encuentro sexual. Hay una hoja de ruta que siguen muchas personas: «Si sé que hoy tengo una cita a las 21:00 h a las 19:00 h me estaré depilando, pero esto es un error», advierte María Vals, graduada en Psicología y estudiante de máster en Sexología.
Parece que nos cuesta entender que la piel y el vello son barreras de protección natural de nuestro cuerpo y «con el sencillo paso de una cuchilla, estamos quitándola para sorprender a nuestra cita», explica María Vals.
Aunque sea una práctica común, depilarse la zona púbica, es peligroso. El pelo tiene un propósito: «amortiguar durante el coito, evitando irritaciones, roces o traumatismos– esto explica su apariencia rizada– , que puedan producirse durante la realización del acto sexual» explica Alejandra Urbano, estudiante de Medicina.
De hecho, los expertos defienden la necesidad de mantener el vello íntimo y alerta sobre el peligro de la depilación integral, pues «con la depilación lo único que hacemos es eliminar todas las barreras facilitando la infección. Generalmente, hay una relación directa entre la práctica de la depilación extrema y el número de parejas sexuales con probabilidades de contagio», advierte Alejandra Urbano.
« Con la depilación lo único que hacemos es eliminar todas las barreras facilitando la infección »
Alejandra Urbano, estudiante de Medicina
Seas del sexo que seas, los rasurados no son sanos, salvo si tienes presencia de intrusos. Como expone Alejandra Urbano, estudiante de Medicina, «solo hay una situación en la que bajo mi punto de vista estaría recomendada la rasuración del vello púbico y es la presencia de ladillas (parásito que infesta el vello púbico)».
Ninguna de las opciones de depilación está aconsejada por ningún médico. No importa qué herramientas se utilicen – cuchillas de afeitar, pinzas, cera, cremas depilatorias o depiladoras eléctricas. La irritación se combina con el ambiente cálido y húmedo de los genitales, lo que lo convierte en un ‘caldo de cultivo’ para cualquier bacteria. Como explica la psicóloga, «muchas personas utilizan cuchillas de afeitar para rasurarse la zona genital por la rapidez de su uso, pero esto pone en riesgo nuestra salud al verse nuestra piel expuesta e irritada a posibles infecciones de transmisión sexual».
Una higiene adecuada no elimina el pH. «Debemos mantener una buena higiene externa, pero nunca usar jabones íntimos y menos para lavar la vagina de forma directa pues esta cuenta con un pH ácido como mecanismo de defensa y barrera frente a los microorganismos que alteramos si limpiamos la zona o la manipulamos con jabones supuestamente especializados», señala Alejandra Urbano.
Mantener el vello púbico más corto o más largo es indiferente para la transmisión de ITS, «lo importante es no eliminarlo de raíz (cera) ni rasurarlo por las posibles microheridas que podamos producir», recalca la estudiante de medicina.
No es lo mismo ETS que ITS
A título del tema la estudiante de medicina Alejandra Urbano diferencia entre enfermedad e infección. A pesar de que ambos conceptos se usen indistintamente y sean casi sinónimos, «hablamos de Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS) cuando los síntomas están presentes, mientras que infección (ITS) es solo la presencia de los patógenos siendo asintomático (presentación más común)», expone la joven.
Los métodos barrera (preservativo masculino/femenino, barrera bucal, diafragma…) son lo más efectivos frente a las ITS. Esto se debe a que evitan el contacto directo de las mucosas impidiendo en un gran porcentaje la transmisión, pero en la mayoría de las relaciones solo se usan durante la penetración por mala educación sexual, produciendo que durante el resto del acto sexual haya contacto directo que pueda producir el contagio, indica Alejandra Urbano.
En este sentido hay que dejar claro que toda persona que no use métodos anticonceptivos como protección en sus relaciones sexuales es susceptible de contraer una infección. Según Alejandra Urbano, algunas de las ITS más frecuentes son:
- Infección gonocócica: es una de las principales infecciones de transmisión sexual pues un gran porcentaje son portadores asintomáticos. La clínica más común es uretritis: dolor al orinar y secreción purulenta por el pene o vagina.
- Sífilis: ITS producida por una bacteria apareciendo una úlcera llamada «chancro asintomática». La lesión desaparece sin tratamiento y pueden pasar años sin que aparezcan síntomas pudiendo producir enfermedades graves.
- Clamidiasis: es una ITS con poca sintomatología por lo que las personas o no lo notan o lo confunden con otra cosa, causando la epidemia actual y siendo una de las infecciones más comunes.
- Herpes genital: aparecen lesiones vesiculosas (como ampollitas) dolorosas, que se ulceran acompañadas de fiebre y malestar general.
- Verruga genital (VPH): es una de las enfermedades más compleja. El VPH es un grupo formado por varios serotipos (subtipos) de virus algunos de los cuales se transmiten por relaciones sexuales (vaginales, orales o anales), siendo algunos de ellos los causantes de varios tipos de cánceres (cuello uterino, orofaringe, ano, recto, pene, vagina, entre otros).
Un estudio epidemiológico afirma que el 80% de las mujeres sexualmente activas han entrado en contacto con algún subtipo de VPH en algún momento de su vida. La mayoría de estas infecciones son transitorias pues nuestro sistema inmune es capaz de controlarlas. En un pequeño porcentaje de casos, las defensas no resuelven la infección y queda latente en la zona genital, pudiendo desencadenar lesiones precancerosas y el desarrollo de un cáncer.
Los métodos barrera son eficaces para prevenir la infección, pero no la impiden por completo. Por ello, es conveniente la vacunación contra el VPH, tanto en mujeres como en hombres. Actualmente, el calendario solo cubre la vacuna en niñas de 12 años.
El tratamiento más importante frente a las infecciones de transmisión sexual es la prevención. Las ITS no se han erradicado como otras enfermedades por problemas en el diagnóstico y en el tratamiento. La clínica es poco demostrativa y muchas de ellas son asintomáticas por lo que los pacientes las tienen pero sin saberlo produciéndose el contagio, explica la estudiante de medicina. El principal problema con el tratamiento es el incumplimiento de este, pues aunque se diagnostiquen, la gente le quita importancia al carecer de sintomatología y no se tratan, expone Alejandra Urbano.
La moda y la salud no siempre son buenas amigas
Estamos ante una crisis en la que todo aquello que no es joven está pasado de moda. Quizás por eso es aceptado todo lo que produce satisfacción inmediata y lo vemos claro en tendencias relacionadas con la comida (foodies) y en el sexo (Satisfyer).
Bien por moda, preferencias de la pareja o porque se sienten más sexy, la depilación gana adeptos tanto entre hombres como mujeres. Pero, antes de dejarte llevar por las tendencias, pregúntate lo siguiente: ¿Si alguien se tira de un puente, tú también lo haces?
Eliminar el pelo de la zona genital es una cuestión completamente estética y no guarda relación alguna con la higiene. De hecho, se trata de una de las causas por las que hay un aumento alarmante de personas que se ven afectadas por infecciones de transmisión sexual.
Las heridas causadas por esta práctica aumentan la probabilidad de contagio al acceder directamente a la sangre. «Independientemente de las ITS, la depilación de la zona genital aumenta enormemente el riesgo de padecer cortes, pustulosis (inflamación de la pústula), foliculitis (inflamación de los folículos pilosos, las zonas de donde nace el vello)», añade la estudiante de medicina Alejandra Urbano.
Entonces, ¿qué motiva a las personas a depilarse? Son muchos los canales que sirven de propaganda para persuadir a la sociedad. Por su parte, la psicóloga María Vals opina que, «estar a la moda no es más que no salirse de la trayectoria marcada por la mayoría, ser uno más y con ello, lo más importante, tener sentido de pertenencia al grupo». Por su parte, Alejandra Urbano piensa que «el aumento de esta práctica está centrada principalmente en el excesivo consumo de pornografía, tomándose esta como modelo en las relaciones personales. Las parejas tipo en estas escenas son personas completamente depiladas».
En general, los medios persuaden a la sociedad y le incitan a la imitación. María Vals afirma que no es casualidad que adolescentes sean los sujetos más proclives a padecer trastornos de alimentación, argumentando que «están más expuestos a las presiones sociales que intentan modelar sus cuerpos en busca del sueño fracasado de la perfección».
El vello púbico es algo natural, pero según Alejandra Urbano, «ha dejado de tratarse así en los anuncios, revistas, pasarelas de moda o las redes sociales, produciendo una aversión hacia este por parte de la sociedad».
En busca de la infantilización
Expresión facial de inocencia, depilación rasurada, cirugía plástica… Existe una persistente búsqueda del ideal de belleza, cuyo objetivo apunta a infantilizar. Según María Vals, «cada vez más portadas de webs de moda ofrecen modelos con unos estilos desenfadados, despreocupados y teen. Estilos perfectamente planeados por los diseñadores, quienes buscan traer de vuelta esa frescura inocente y divertida, que puede llevar consigo muchas otras lecturas».
En la antigüedad, el vello púbico indicaba una madurez sexual en ambos sexos y en el caso del hombre era termorregulador, es decir, mantenía la temperatura de los testículos para asegurar la fertilidad, explica Alejandra Urbano, estudiante de Medicina. En la actualidad, estas funciones han quedado desplazadas por el uso de ropa. No estamos planteando que vayas desnudo ni que no te depiles, simplemente, que te cuestiones todo antes de hacer las cosas.
Los pelos en las zonas íntimas aparecen en la pubertad y cuando alcanzamos la edad adulta se entiende que ya hemos desarrollado al completo el sexo. ¿Qué buscan los cánones de belleza en la infantilización? «Se debate acerca de si la depilación integral alude a la infantilización», responde María Vals, quien recuerda que, en quinto de Educación Primaria, mientras impartían el famoso tema de educación sexual, o de sistema reproductor, mejor dicho, un compañero se quejaba asqueado del vello púbico del cuerpo de ‘mujer cis’, mientras que al ser preguntado por el del ‘hombre cis’, defendía que era lo natural.
El problema es evidente: existe una gran desinformación en Educación Sexual, algo que pone en peligro la salud. Como lamenta la psicóloga María Vals, «lo que nos queda es seguir el camino ya trazado y seguir a los que andan delante de nosotros. Es una lástima, pero es así. No tenemos un sistema que nos abra los ojos hacia una deconstrucción de lo establecido como dogmático».
« No tenemos un sistema que nos abra los ojos hacia una deconstrucción de lo establecido como dogmático »
María Vals, graduada en Psicología y estudiante de máster en Sexología.
El vello púbico es algo natural. Sin embargo, como señala Alejandra Urbano, «ha dejado de tratarse así en los anuncios, revistas, pasarelas de moda y las redes sociales, produciendo una aversión hacia este por parte de la sociedad».
No cabe duda de que la imagen de hombres y mujeres en la actualidad ha sufrido una especie de infantilización, que distorsiona el concepto de adulto. Para explicar este fenómeno en el que se idolatra la juventud y se rememora la felicidad de la niñez, la psicóloga hace referencia a la frase «disfruta que la juventud que es el mejor momento de la vida». Con ella, la psicóloga plantea que «existe fobia al descontrol: a no controlar el propio cuerpo, esta arruguita que antes no tenía, este movimiento que ahora me cuesta más, esta piel no tan tersa como antes».
¿Miedo a la Educación Sexual?
La moda de depilación púbica en ambos sexos ha provocado un aumento alarmante de las enfermedades de transmisión sexual. Sin embargo, el repunte no está únicamente promovido por la moda de la depilación púbica, sino por la falta de concienciación generalizada, alerta Alejandra Urbano, estudiante de medicina.
El sexo no debe ser un tema tabú. «Me parece que uno de los atrasos es escurrir el problema. Muchos padres no hablan de sexualidad con sus hijos por pudor o vergüenza», señala Alejandra Urbano y afirma que «les hacen un flaco favor pues el tratamiento a todas ellas es la prevención».
Como colaboradora de la Fundación Triángulo Andalucía, María Vals cuenta que pudo apreciar al impartir charlas en centros educativos cómo los más pequeños eran más receptivos y neutros en todo a lo que a la libertad se refiera. La psicóloga comparte que variaba, por lo general, el nivel de apertura desde los infantes con respecto a los adolescentes.
Los jóvenes deben conocer la anatomía de los órganos genitales y reproductivos sin que se levante un revuelo de risas en clase, saber interpretar las señales de atracción, detectar y evitar abusos sexuales o embarazos no deseados. Sin embargo, la Educación Sexual es importante, pero no tiene el lugar que merece. María Vals piensa que existe una gran desinformación y señala que el motivo es «el miedo a lo desconocido por muchos docentes y educadores, y a la desestabilización de los cimientos de algunas creencias dogmáticas que algunos defienden a capa y espada».

El sexo es algo natural y las ITS se puede prevenir con información. Pese a ello, seguimos cometiendo errores. Uno de ellos está en el objetivo y el enfoque de la Educación Sexual hacia los menores. La estudiante de medicina deja claro que «Educación Sexual no es que un día al año venga una persona a enseñar cómo poner un preservativo en clase a un plátano», sino tratar la sexualidad como algo natural.
La información es poder, por eso, para hacer frente a la epidemia que estamos viviendo en el siglo XXI con las ITS hay que «realizar campañas de concienciación, y Educación Sexual, empezando por las generaciones venideras», indica Alejandra Urbano. De hecho, como afirma la psicóloga, «cuanto antes se empiece a impartir Educación Sexual, antes seremos conocedores de la pura realidad».
Como consecuencia de la infantilización o como consecuencia de un pensamiento poco consciente sobre el peligro al que nos exponemos en ciertas situaciones. Todo parte de la misma base: la carencia de Educación Sexual. Alejandra Urbano advierte que hay muy poca comunicación sobre este tema y «la mayoría de los jóvenes solo reciben información sexual del porno, donde los valores de la sexualidad aparecen completamente distorsionados». Por su parte, María Vals piensa que «por desgracia, la visión que muchos jóvenes tienen de la sexualidad, en cuanto a lo que a las relaciones interpersonales se refiere, está estrechamente ligada con las figuras de poder, dominación y control. Se sigue vendiendo una imagen en la que se observa una relación de pareja en la que uno de sus miembros actúa como cuidador/protector y el otro miembro como ser cuidado».
« La visión que muchos jóvenes tienen de la sexualidad está ligada con las figuras de poder, dominación y control »
María Vals, graduada en Psicología y estudiante de máster en Sexología.
Comunicar, hablar e informarse sin miedo es señal de madurez. La psicóloga María Vals, opina que para pasar a la fase de adulto hay que estar dispuesto y apostilla que «todo lo que sea salir de ella implica cambios que, si no se está preparado para asumirlos, nos desestabilizan, tendiendo a volver a lo conocido, a lo feliz, a la feliz niñez».
Más de una persona debería de leer este artículo, quizás les ayudaría a abrir los ojos. Yo antes era una de esas personas que se depilaban todo el bello púbico sin planteármelo dos veces, pero afortunadamente me considero una persona que aprende de sus errores (tarde o temprano).
Como decís, el estar informado es crucial para entender las cosas que ni te habrías planteado.
Me ha parecido un artículo muy interesante, ¡espero leer muchos más en Matilda Crece!